Más de 100 millones de habitantes en América Latina tienen una cuenta en Facebook. Twitter destaca por su uso en la política.
¿Dónde ve usted las fotos del último paseo con sus amigos? ¿Cómo se entera de que alguno tiene una nueva relación sentimental? ¿Cómo llegan a usted las noticias de última hora sobre lo que sucede en cualquier rincón del planeta? ¿En qué espacio discute el tema político del momento?
Cada vez más latinoamericanos dan la misma respuesta a estas preguntas: mediante las redes sociales en Internet.
Los usuarios más avanzados van más allá y le podrían contar que consiguieron su trabajo actual gracias a una de ellas —Linkedin—o que han encontrado en otra —Instagram— sitio para explotar su faceta de fotógrafos aficionados, ganando decenas, centenares o incluso miles de seguidores.
El impacto de redes sociales en Internet están cambiando el mundo —y Latinoamérica en específico— en muchos ámbitos que incluyen desde algo tan privado como el momento en que una persona comienza un noviazgo hasta algo tan público como un político teniendo que dar cuentas a sus seguidores.
Con casi 109 millones de usuarios en la región, Facebook es la favorita de los latinoamericanos. Incluso en Brasil, donde la red Orkut de Google había sido la preferida hasta hace meses, la opción de Mark Zuckerberg es la más usada.
Bastante más abajo —pero con un nicho nada despreciable de 33 millones de personas y un crecimiento de 60% en el último año— se encuentra Twitter, el sitio de microblogueo donde muchos presidentes, ministros y alcaldes de la región informan directamente a los ciudadanos sobre su labor y opinando sobre lo que sucede en el mundo.
Crecer junto al móvil
Las redes sociales se comenzaron a popularizar en Estados Unidos hace casi una década. Sitios como MySpace y Hi-5 empezaron a mostrar un cambio de actitud tras los primeros años de uso de internet y la llegada de los nativos digitales: se perdió el miedo a compartir lo personal en la red de redes y el concepto de privacidad se diluyó un ante la posibilidad tecnológica de poder ver y saber lo que amigos, familiares y conocidos estaban haciendo día a día, así como de enterarlos de todo lo que uno mismo hiciese o dejase de hacer.
Junto a la llegada de Facebook, América Latina comenzó a vivir un aumento en la penetración de Internet que de otra manera haría inexplicable el fenómeno. Pero, si algo le ha dado un empujón al impacto de redes sociales en los últimos años ha sido el aumento específicamente en la penetración de Internet móvil, algo que, además, no hará sino aumentar en los próximos años.
Mientras en el 2010 había 52 millones de conexiones móviles a Internet de banda ancha en la región, ese número pasará a cerca de 100 millones este 2012 y se espera que alcance 344 millones en el 2015, según análisis de la Asociación GSM.
Esta asociación, que une a la mayoría de fabricantes y a operadores telefónicos del mundo, califica de “espectacular” el ritmo de crecimiento de la banda ancha móvil en América Latina, un continente con grandes desigualdades y altos índices de pobreza donde millones de personas están encontrando en los celulares, cada día más baratos pero con más funciones, la manera de entrar a Internet y, por ende, a las redes sociales.
No en vano, la tecnología de redes móviles 3G es desde 2010 la que tiene mayor cantidad de usuarios en AL para conectarse a Internet; al 2011 contaba con más de 65 millones de suscriptores. La tecnología que le sigue, el xDSL apenas alcanzaba 35 millones de suscriptores, según la Asociación GSM.
La penetración de smartphones es de 20%, pero será de 60% en 2018.
Junto a la cantidad de suscripciones aumenta también el tráfico de datos. Según el mismo estudio, en Latinoamérica en el 2010 se traficaron móvilmente cada mes 12 Petabytes (22 Mb per cápita), en el 2012 alcanzará los 60 Petabytes y en el 2015 deberán ser de 488 Petabytes (equivalentes a 850 Mb per cápita).
Consecuencias
Para los especialistas, la importancia del acceso a banda ancha, sea por conexiones fijas o móviles, cambian el entorno comunicativo, social, cultural, económico y político de las sociedades de América Latina.
Un informe publicado en septiembre por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) la propone incluso como una manera de lograr los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas.
Por ejemplo, se ha llegado a calcular que un alza de 10% en la penetración de la banda ancha aumenta 1.38% el PIB de un país, lo cual puede ayudar a la reducción de la pobreza. También ayudan al objetivo de una educación universal y de mejor calidad. Países como Perú y Uruguay han lanzado programas para entregar computadoras portátiles a estudiantes y profesores y convertirlas en una herramienta educativa básica que además permite conectarse con el mundo.
Otras organizaciones han encontrado en el uso de la banda ancha un aliado para informar sobre el SIDA entre gran cantidad de personas, mientras que un estudio de The Climate Group probó que su utilización puede reducir el uso de energía y el consumo de agua.
También se presentan oportunidades como la mayor creación de trabajos “con la posibilidad de desarrollar cientos de miles de aplicaciones y contenido que puede ser usado por cualquier conectado a Internet”, dice Carlos Slim, el multimillonario dueño de un imperio en telecomunicaciones que llega a toda la región.
Latinos crean sus propias redes locales
Si están siendo un buen negocio, ¿por qué los latinoamericanos no pueden tratar de abrirse un espacio?
Con esta idea en mente, muchas personas se están atreviendo a crear redes sociales propias, tratando de cubrir necesidades que gigantes como Facebook o Twitter no logran llenar.
Lograrlo no es sencillo y, al menos hasta ahora, ninguna de estas nuevas opciones se ha logrado un puesto entre las más usadas de la región, pero los emprendedores insisten. Por ejemplo, el mexicano Ricardo Ceballos lanzó RicardoRed (http://www.ricardored.com), una red social que permite seguir a amigos, administrar las finanzas personales, buscar empleo y ver anuncios clasificados, de acuerdo al contexto del país. Sus planes son agregar nuevas características y hacerla disponible en varios idiomas.
Otra red social mexicana es iWiks (www.iwiks.com), hecha por estudiantes de la Universidad Xochicalco en Tijuana, Baja California. En iWiks se puede subir información personal, la del negocio propio y, además, hacer compras y ventas en la misma plataforma. En Costa Rica nació MyBabilon. Aún así el impacto de redes sociales creadas por latinos no se llega a sentir, talvez por el desinterés o la poca publicidad que se les da a las mismas.
fuente: ElUniversal
Impacto de redes sociales en Latinoamerica,